sábado, 27 de octubre de 2007

Gay It smO

Algunas veces creo que tengo un escepticismo radical, de esos a ultranza, irracionales, poco meditados y absurdos. Me empeño en dudar que las cosas puedan cambiar. El tiempo, por ejemplo. Empieza a refrescar, pero no, esto no puede ser en serio, ayer hacía calor, y yo estoy acostumbrada a que haga calor. Esto es sólo un lapsus temporal. Mañana volverá a ser todo como siempre. Lógicamente, paso frío durante el periodo de transición otoño-invierno, tozudamente aferrada a la temperatura anterior.

Los sentimientos, por poner otro ejempo. Que alguien te quiere, pues au, ya ha caído en la red. Te quiere ahora y mañana y… etcétera, no llego ni a entender hasta cuándo. Se supone que eso es así y no hay más cuestiones.

Quizá sea una lógica litómana. De la filosofía inamovible del empedrado eterno. La máxima es: las cosas no cambian. Chocar contra el muro de madera reversible es sólo cuestión de tiempo y de circunstancias.

Y aquí andamos, mi incredulidad y yo, mirando a un lado y a otro, buscando la cámara oculta.
¿Dónde está el útero materno?

¿Y el amor eterno?

¿A dónde huyeron las certezas?

Sin nada de lo anterior, queda una especie de desnudez irreparable… y me empeño en paliarla, pero ningún remedio quiere trascender…

Y me quedo estúpidamente rememorando, como siempre. Y me viene a la cabeza:

No, no me pidas un beso eterno,

no me pidas más de un momento

no puedo darte más...

Otra BSO.

4 comentarios:

Miyavi dijo...

Con las personas, ¿también eres escéptica?

Not dijo...

Sobre todo con las personas.

;)

Nima dijo...

para crear algo "eterno" se debe crear un día a día.. querer, respetar, cuidar, amar.. a la otra persona a cada momento, a cada instante. Porqué solo así conseguiremos lo eterno

Gran error en creer que lo que un día conseguimos será para siempre sin esfuerzo..

Ego dijo...

Sólo el amor es eterno.